LOVE ACTUALLY (REALMENTE AMOR)

La vi por primera vez en 2003, a pesar de que nunca ha faltado a mi cita anual con la Navidad dentro de mi calendario de advientocada año me sigue haciendo sonreír. Escrita y dirigida por Richard Curtis, sus historias cruzadas tejidas alrededor de diferentes tipos de amor marcaron un antes y un después en las comedias románticas. Un guión delicioso, un plantel de actores de primera: Emma Thompson, Hugh Grant, Colin Firth, Liam Neeson, Keira Kinghtley, entre otros; una banda sonora que alcanzó el éxito en USA, forman una excelente combinación. A través de las peculiaridades de nueve parejas, Love Actually nos conduce hacia esa romántica conclusión de que el amor está en todas partes. Y sea verdad o no, ¡Me gusta que me lo cuenten!

Aquí te dejo algunas escenas para que te animes a ver Love Actually:

El primer ministro británico. Jovial y tímido, me encanta cuando celebra con un bailecito su victoria política sobre el pérfido presidente norteamericano que ha intentado ligar a su futura chica. El puntazo que me enamora de Hugh: que en esta peli aprecie unas curvas espléndidas.

La pareja que trabaja en la editorial. Durante años, toda la redacción sabía que ella estaba enamorada del joven diseñador. Cuando al fin la cena de Navidad de la empresa les une en un primer baile que continua en el departamento de la chica, la llamada inoportuna del hermano en el manicomio echa por tierra el final feliz. Esta historia nos habla del amor fraternal… ¡Lástima!

El inglés que quería ligar en América. Su frase: “Soy Collin, Dios del sexo, solo que estoy en el continente equivocado”, es toda una declaración de intenciones. El pelirrojo de ojos saltones que ninguna chica miraba en Inglaterra, al llegar a Estados Unidos se convierte en una monada con un éxito arrasador. Cuatro chicas y una camita muy pequeña demuestran que el arrojo tiene su recompensa.

El viejo rockero con sorpresa. Amigo íntimo del alcohol y las drogas, el viejo rockero que renace del olvido con una pésima versión de un villancico, vuelve a ocupar el primer puesto en las listas del top musical. Pero lo que más enternece es su propio descubrimiento: resulta que el verdadero amor de este mujeriego empedernido era un hombre, su representante… ¡Auch!

El mejor amigo del novio… que adora a la novia. La escena es inolvidable: llama a la puerta de su mejor amigo, pone villancicos en un viejo cassette y, a través de diferentes carteles, confiesa a la flamante esposa que, en realidad, ella y solo ella es la mujer prohibida de su vida.

El matrimonio acechado por la infidelidad. En cuanto se ve a la secretaria insinuarse a su jefe, mientras su abnegada esposa pelea con los niños para que todo vaya bien en casa, se siente un odio irrefrenable hacia esa irritante coqueta. Porque sí, será guapa y tendrá el cuerpazo, pero nunca llegará a la suela de los zapatos de la magnífica Emma Thompson. La escena desgarradora: cuando ella se refugia en el dormitorio para que nadie vea cómo llora al descubrir la prueba irrefutable de la infidelidad de su marido.

El Niño que se enamoró de su compañera. Cuando en el festival del colegio escuchamos la canción que canta Joanna, la niña por la que el peque suspira, comprendemos por qué está loca por ella. El niño tuvo una idea genial: ya que ella canta, él aprende a tocar la batería para acompañarla en el escenario. Mientras ensaya y ensaya, en la pizarra colgada en la puerta de su dormitorio avisa a su padrastro, adorable, por cierto, de sus estados de ánimo. “He dicho que no tengo hambre”, “El ritmo es mi vida” ¡Ternurita!

El escritor y la portuguesa. Devastado por la infidelidad de su novia ¡Con su propio hermano!, el escritor se marcha al campo en busca de tranquilidad para escribir su novela. Claro que una discreta chica portuguesa interrumpe para limpiar la casa y, de paso, robar su corazón. Cómo olvidar el viaje del escritor a Portugal, su declaración de amor ante decenas de personas y su futura familia política.

Los actores porno. Lo mejor de esta historia: el contraste entre los peculiares ensayos de los actores para una película porno, y la timidez que les impide concretar una cita fuera de las cámaras. La inocencia del amor logra imponerse por encima del sexo.

En fin, uno de los imprescindibles de Navidad. Love Actually lleva ya unos años acompañándome por estas fechas. ¿Te animas a verla?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *