¡A CORRER, QUE NO TE ALCANCEN LAS EXCUSAS!

El Día Mundial del Corredor (primer miércoles de junio) es el día en el que se celebra el placer del correr en todo el mundo y tiene como objetivo promover un estilo de vida activo y saludable. Es una celebración en la que los corredores de todas las edades y aptitudes compartimos nuestra pasión por correr y, para que te sirva de inspiración, te contaré cómo me ha ido en el running.

Salir a correr, además de ser una experiencia agradable y liberadora, me ha aportado numerosos efectos a mi salud. Ha mejorado mi sistema cardiorrespiratorio, he bajado mi porcentaje de grasa corporal y me activa intelectualmente. Además, es un remedio eficaz contra mi insomnio (que suelo tener algunas veces), me pone de buen humor (lo cual agradece la gente que me rodea) e incluso dicen por ahí que aclara las mentes confusas (no crean que yo la tengo así).

Ya sea en la caminadora o en el asfalto, las ventajas de correr van más allá del perfeccionamiento de la silueta, pon mucha atención:

• Previene el infarto de miocardio. Se considera bueno para el corazón, pulmones, sistema inmunológico y favorece el aumento del colesterol bueno.
• Elimina problemas de sobrepeso. Muchos amamos la carrera porque nos ayuda a estar en forma, pues nos hace quemar 300 calorías en 40 minutos.
• Ayuda a relajarse y conciliar el sueño. Estudios han demostrado que correr reduce la tensión muscular y el estrés. Provoca un estado de bienestar que ayuda a nuestro balance hormonal, alivia el dolor y relaja los músculos, por lo tanto, dormirás como angelito.
• Buen estado de ánimo. Correr acelera el metabolismo y hace que el cerebro libere más oxígeno. A su vez secreta las famosas “hormonas de la felicidad”, las endorfinas, que contribuyen a mejorar el estado de ánimo.

Llevo un año corriendo y he experimentado estos beneficios en carne propia. Por mi trabajo, de vez en cuando tengo un sentimiento de ansiedad o estrés que me impide concentrarme, me pone de malas y dificulta mi desempeño. Cuando me siento así, lo primero que hago es recurrir al shopping como terapia, aunque debo confesar que al final me resulta en un sentimiento de culpa. Una mejor solución es el running. ¡Es un deporte fácil de realizar, sólo necesitas ropa deportiva y unos buenos tenis!

¡Venga, a correr, que no te alcancen las excusas!