Dicen que hay lugares que son puntos de energía. No tengo idea de si este lugar lo sea, pero lo intuyo. En este lugar no hace falta esforzarse mucho para pensar en esos “placeres cotidianos” para reiniciar que hacen que las emociones emerjan. Incluso, ¿por qué no decirlo?, hasta alguna lagrimilla.
Después de remodelar el Museo Amparo, se incorporó esta terraza tan amplia como la belleza que en ella se contempla. A pesar de no estar en el primer cuadro del Centro Histórico donde se encuentran la catedral y el zócalo, es de los pocos lugares donde se puede presenciar y apreciar el encanto principal del barrio colonial poblano, donde las cúpulas son protagonistas. Tiene una cafetería y otros artilugios contemporáneos que te invitan a tener una estancia placentera. El fin de semana la visité. Estando ahí reflexioné sobre las pequeñas cosas que tienen grandes efectos sobre el cuerpo y el alma. Le llamo “placeres cotidianos”.
“Cotidiano” es un adjetivo poco comprendido y reflexionado. Retumba en los oídos con el sinónimo de rutina, algo ya conocido, poco sorpresivo, monótono… ¡Ah! pero ¿y si le agregamos un sustantivo como “placer”? De pronto “cotidiano” adquiere intriga con la incorporación de un atractivo acompañante, ¿verdad? ¿Quién no desea para uno mismo algo placentero y que despierte nuestros sentidos?
A veces la palabra “placer” se relaciona con todo aquello del ámbito sexual. No obstante, este concepto puede englobar muchas cosas. En pocas palabras, y sin meternos en rollos de definiciones concretas sacadas de un diccionario, “placer” es todo aquello que disfrutas o te produce una sensación agradable.
¿A qué le llamo “placeres cotidianos” para reiniciar? Creo que la mejor forma de explicarlo es poniendo ejemplos:
- Recibir un abrazo. De esos que te rompen todos los miedos. No sé qué será, pero siento la energía e incluso a veces quiero quedarme ahí por un buen rato, ¡un rincón predilecto!
- Un beso en la frente. ¡Mi favorito! Significa un cariño muy grande, además de ternura y protección.
- Una mirada cómplice. Ese brillo en la mirada en la que las palabras sobran porque están escritas en el aire, en la que cada uno sabe lo que el otro piensa o quiere. Es conocerse en lo profundo.
- El café de la mañana. ¡Mi debilidad! Sólo el aroma hace que ya me pierda. Es el más especial porque a veces siento que sin él soy nadie.
- Mi perfume. Creo que si no lo llevo he dejado una parte de mí en casa. No importa si tengo que salir de manera informal. ¡Va conmigo cada día! Ese aroma tan intenso que vertido en mi piel, puede resultar en algo exquisito y profundo.
Existen tantos olores, sabores, momentos, lugares capaces de llenarnos de energía. Aquellos que hacen que nuestra vida brille y cobre sentido. Basta con estar atentos a todos esos “placeres cotidianos” para reiniciar. Detalles diminutos que nos causan emociones gigantescas.
Y a ti, ¿qué te reinicia?
Hola maestra, visite el museo el viernes pasado, fui con mi hijo a escuchar música de jazz lo disfrutamos mucho, siempre invito a los alumnos a visitar el museo, con el objetivo de que conozcan el lugar y admiren lo bello que es.
Qué bonito que hayas compartido ese momento con tu hijo a ritmo de mi música favorita, el jazz. ¡Más días así por favor! Saludos.
Para mi significa consentirme
Y yo soy testigo de que te conscientes y mucho Santa. Sigue así. ¡Saludos!
El museo ya era de por sí muy bonito y ahora remodelado me imagino que está estupendo.
Esos placeres cotidianos que a veces no los vemos pero están ahí, vale mucho la pena dedicarnos un tiempo y reflexionar que es lo que nos inspira, para así, estar motivados en el día a día. Excelente contenido.
Así es Alfredo, ojalá que esto te haya inspirado para seguir atento a tus «placeres cotidianos». O ¿por qué no? buscar otros diferentes. ¡Saludos!
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?
No entiendo tu pregunta, ¿sesión para qué?
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