Las mañanas de los fines de semana son uno de mis momentos más deseados. Despierto sola y sin alarma. Tengo tiempo para algo que durante la semana me es imposible: un desayuno slow con panqueques. Este movimiento contrarresta el daño que provoca comer rápido (ya sea desayuno, comida o cena), tanto a la salud física como la mental, respecto al estrés que provoca el comer trabajando, o comer mecánicamente, sin disfrutar de los alimentos.
¿Qué te parecería recuperar la costumbre de hacer vida en la cocina, guisar a fuego lento y saborear sin prisas tu desayuno? Un tiempo en el que disfrutar de tu compañía, en un ambiente de relajación y con música tranquila, es imprescindible al menos una vez al mes. ¿Te apuntas a la iniciativa?
Me encanta despertar sin ayuda del reloj y poner el modo “Chefcita”, preparando un desayuno slow con panqueques mientras escucho mis podcasts favoritos; estos momentos me dan vida. Creo que lo que más me gusta es hacerlo con cara de sueño, en pijama, sin correr. Charlar en video llamada con mi mamá o mi hijo y planificar lo que haremos durante el día.
Para un desayuno slow, es básico rodearnos de detalles lindos y relajantes. Ya saben que me encantan las plantas y en El Octavo nunca faltan; aprovechando esto, corté un poco de romero para especiar nuestra receta de hoy. Me encanta su olor intenso. Creo que si yo fuera hierba aromática, sería romero. Además, saqué la mantelería a cuadros vichy, esa que no reservo para ocasiones especiales porque, para mí, todos los días lo son; y que va muy bien con las fundas de cojines que tenemos en este momento en la sala de estar.
Para los que me conocen, saben que soy una Panqueque Lover y que preparo una variedad muy a mi estilo. ¿Quién se resiste a unos panqueques de avena y plátano al romero? Pues aquí te dejo la receta:
Ingredientes
- 1/2 taza de harina de avena integral.
- 1 plátano maduro.
- ¾ de taza de leche de coco o almendra.
- 1 huevo.
- 1 cucharada de aceite de coco.
- ½ cucharadita de royal.
- Mantequilla en spray para engrasar el sartén.
- Queso ricotta.
- Moras azules.
- Miel de agave.
- Un trozo de romero.
Elaboración
- Todos los ingredientes a la licuadora y bate hasta que no queden grumos.
- Engrasa un sartén con un poco de mantequilla en spray.
- Con ayuda de un cucharón, llena con la mezcla la mitad de éste y vacía en el sartén de forma lenta. Espera a que la mezcla tome forma de un círculo. Si queda un poco deforme ayuda con la base del cucharón haciendo un movimiento de forma redonda sobre la mezcla.
- Voltea cuando se vean burbujas en la superficie y se vea cocida y más opaca la orilla del panqueque. Cocina 2 a 3 minutos por lado a fuego medio.
- Sirve tres en un plato y adorna con queso ricota al centro, deja caer las zarzamoras y el romero encima de los panqueques y alrededor de ellos. Agrega miel de agave si gustas un poco más de dulce.
Desacelerar, tomarnos nuestro tiempo, conectar con nosotras y con lo que hacemos en cada momento. Esto es lo que predica la filosofía slow que cada día gana más adeptos.
Puntos para que empieces con su práctica
- Cocina en casa. Apuesta por la comida casera, elaborada con productos de temporada y locales. Adopta este hábito reservando un tiempo cada semana para planear los platillos, asegurándote de tener una cocina y una despensa bien equipadas.
- Come en familia. Los desayunos, comidas y cenas son un buen momento para reducir el ritmo y hablar sobre tu día con la familia. Sitúa el comedor en un sitio agradable y de fácil acceso (evita arrinconarlo) y haz de él un sitio agradable con una mesa de madera, sillas cómodas y una buena iluminación.
- Crea una rutina slow. Reserva 15 minutos de tu día para desacelerar con una actividad que te relaje. Preparar una taza de té (con tetera y sin bolsitas, claro) puede ser una buena idea.
Frecuentemente vamos tan rápido que pasamos por alto los pequeños placeres de la vida, tan insignificantes a la vista, que los perdemos en el ruido del mundo cotidiano. Hemos perdido la capacidad de disfrutar el momento.
Como ves, no hace falta demasiado para un buen desayuno slow, son cosas que siempre tenemos en casa que, mezcladas con las ganas de fin de semana, hacen que estos momentos sean más que mágicos.